En las últimas semanas, nos han abrumado con el mensaje de que la investigación es un desperdicio ridículo, frívolo y repulsivo del dinero de los contribuyentes por parte del gobierno federal, y se utilizan tales sentimientos para justificar las drásticas reducciones de fondos a los Institutos Nacionales de la Salud y la Fundación Nacional de Ciencias (NSF). Hasta yo estoy de acuerdo que temas como la vida sexual del gusano barrenador, el veneno mortal del caracol marino, y la sangre de los cangrejos de herradura parecen algo ridículo. Pero como científica e investigadora financiada por la NSF, sé que la ciencia no es lineal, y frecuentemente los estudios que parecen poco conocidos y suenan frívolos son los que cambian el mundo.
En realidad, fueron los estudios de veneno de caracol los que llevaron al descubrimiento de un fármaco no opioide mil veces más potente que la morfina. Y la vida sexual del gusano barrenador resulta ser bastante importante, ya que descubrir cómo esterilizarlo y erradicarlo llevó a miles de millones de dólares ahorrados por la industria ganadera. El estudio de los cangrejos herradura nos ayudó a desarrollar tratamientos efectivos para el COVID-19. En ciencia, no siempre se puede predecir lo que se encontrará, pero frecuentemente la investigación básica es la que conduce a grandes descubrimientos.
Sí, necesitamos supervisar los gastos, pero ¿sabe qué? Recortar fondos a la ciencia y burlarse de los proyectos de investigación no es la respuesta. La investigación no se puede activar y desactivar, y para muchos científicos una interrupción en el financiamiento termina con sus carreras, o conduce a una fuga de cerebro donde los mejores y más brillantes se van a trabajar a otros países, diezmando nuestra capacidad para producir ciencia innovadora y preparar a la próxima generación. Si queremos ser líderes en el mundo, debemos rechazar las políticas que socavan el progreso científico y garantizar que la investigación siga siendo una prioridad nacional.
Soy Karen Samonds, y esa es mi perspectiva.
Traducido por Alondra Gamez.