Unos maestros aplauden cuando un estudiante de primaria llamado Kingston logra una buena calificación en una actividad de matemáticas.
“¡Vamos!" gritan. "¡95 por ciento en las sumas!"
Kingston es parte de un programa académico en el Boys and Girls Club of Freeport and Stephenson County. El club atiende a cientos de estudiantes en Freeport y sus alrededores.
Uno de las maestras, Carrie, ha estado ayudando a Kingston durante años en el club. Pero no lo había visto en meses. Esto se debe a que la despidieron el año pasado, junto con otros miembros del personal del club.
"Me alegra regresar," dijo, "para hacer lo que me gusta, porque me gusta ayudar a los niños y verlos crecer en su aprendizaje."
Eso también significa que estudiantes como Kingston no recibieron apoyo individualizado. Maestras como Carrie están de vuelta ahora, pero el Boys & Girls Club de Freeport todavía enfrenta una incertidumbre financiera sustancial.
El año pasado, dos de sus fuentes de financiación desaparecieron al mismo tiempo. En primer lugar, Illinois prometió 50 millones de dólares del presupuesto estatal para programas extraescolares. Pero no han recibido nada de ese dinero, a pesar de los repetidos llamados de los defensores. En segundo lugar, la Junta de Educación del Estado de Illinois anunció que no renovaría una subvención de casi 1,5 millones de dólares a la Boys and Girls Club Illinois Alliance.
Becky Spindler es la coordinadora de educación del club de Freeport. Ella dice que fueron uno de varios clubes Boys and Girls afectados. Dice que la subvención anterior del Center Learning Center fue de 215.000 dólares.
Tuvieron la subvención durante 10 años y sabían que se acababa. Pero Spindler dice que, basándose en su trabajo académico y comunitario, estaban entusiasmados con sus posibilidades de obtener la próxima subvención. De hecho, estaban pidiendo más dinero para expandir sus servicios.
En lugar de programas locales en sólo unas pocas escuelas, esperaban estar en todas las escuelas primarias de Freeport, además de la escuela intermedia, la escuela secundaria, su club y una autoridad de vivienda local. Pero eso no fue lo que sucedió.
"Estábamos muy seguros de que nos iban a premiar con algo", dijo Spindler, "¿y escuchar que no es nada? Eso fue un gran golpe para nosotros."
James Rhyne es el director ejecutivo. Dice que tuvieron que reducir el personal de unos 60 trabajadores de tiempo parcial a unos 22.
"Estas personas han trabajado con nosotros durante años", dijo, "y decirles que sus servicios ya no se necesitan, es difícil".
Incluso tuvieron un grupo de personas que fueron despedidas y regresaron como voluntarios para ayudar a los estudiantes.
Rhyne dice que sólo puede especular sobre por qué no recibieron la subvención, pero dice que el consenso general es que los sitios están obligados a desarrollar planes de sostenibilidad. Spindler dice que estos son planes para mostrar cómo se mantendrá la financiación después de que finalice una subvención.
"Un plan de sostenibilidad para la subvención que finalizó era de $215,000 al año", dijo, "y para nuestra comunidad, mantener esa cantidad de dinero de manera constante es difícil sin la comunidad y todos unidos".
Rhyne dice que esperar eso no es realista. Dice que los ciclos de subvenciones se ampliaron para proporcionar consistencia y sostenibilidad, lo que conduce a mejores resultados. Por lo tanto, le preocupa que esta pérdida de financiación haga que los programas se reduzcan y pierdan esa consistencia, lo que llevaría a peores resultados.
¿Y qué pasa con los 50 millones de dólares que nunca se dieron a los programas extraescolares? La Junta de Educación Estatal dice que están esperando más orientación de la legislatura antes de dar el dinero. Pero varios legisladores estatales dicen que la agencia ya tiene el poder de enviarlo. De cualquier manera, aún no ha sucedido. Y la gente como Rhyne no sabe cuándo, o si, recibirán ese dinero.
En Freeport, tuvieron que reducir su escala. Debido a la pérdida de financiación gubernamental, dependen aún más de los donantes comunitarios para mantener sus puertas abiertas, además de recurrir a sus reservas de efectivo.
Spindler dice que eso les ha permitido traer de regreso a maestros como Carrie y reabrir programas en algunas escuelas. Ella dice que su programación académica es crucial, especialmente para asegurarse de que los estudiantes estén en buen camino para graduarse.
"Tenemos probablemente otros ocho o diez jóvenes que se graduarán en mayo", dijo. "Si no hubiéramos estado allí, ellos no se habrían graduado".
El club ofrece programas académicos para niños de cualquier edad, pero Rhyne dice que el Boys & Girls Club hace mucho más. También tienen clases de arte, programas al aire libre, un equipo de baile y un gimnasio de baloncesto.
Justin es un especialista en participación juvenil en el club y acaba de terminar un partido de 1 contra 1. Creció viniendo a este club y por eso, cuando se mudó a su casa en Freeport hace unos años, sabía que quería retribuir.
"Simplemente realizo diversas actividades físicas y hablo sobre la vida", dijo, "y simplemente interactúo con ellos, intentando guiarlos por el buen camino".
Aunque muchos niños más pequeños vienes después de la escuela porque sus padres trabajan, cuando crecen, los estudiantes pueden elegir si quieren estar allí o no. Por eso dice que tienen que ser un espacio seguro y divertido para niños de todas las edades.
Y sin importar lo que pase con el financiamiento estatal y federal, Rhyne dice que harán todo lo posible para asegurarse de que puedan seguir brindando ese espacio a los estudiantes.
Traducido por Carlos Loera y Jessica Arzate.