En todo el país, millones de personas marcharon en protestas "No Kings" contra la administración Trump este pasado fin de semana, atrayendo multitudes más grandes que el primer día de "No Kings" en junio.
Cientos de personas llenaron ambos lados de una calle muy transitada, por varias cuadras, en el centro de Elgin, Illinois.
Para algunos, como Maureen Ernandez, fue su primera protesta.
"Creo que cada vez hay más gente harta y quiere salir y demostrarle al gobierno que no nos gusta lo que está pasando",afirmó Ernandez.
Se refiere a los políticos locales, pero también quería que las personas de la comunidad que pasaran por allí se diera cuenta. Ernandez está molesta por muchas de las políticas de Trump, pero hay una que le toca muy de cerca: los arrestos cada vez más agresivos por motivos de inmigración.
"Toda la violencia y el secuestro de personas y niños que he visto secuestrados y llevados",dijo Ernandez. "Ha sido demasiado".
Los manifestantes y sus carteles abordaron docenas de temas, desde la protección de la democracia hasta la lista Epstein, pero muchos manifestantes primerizos con los que WNIJ habló en Elgin fueron motivados a ir debido a la inmigración.
ICE ha puesto cada vez más en la mira a está ciudad durante su operación "Midway Blitz". Los defensores locales estiman que hubo 200 avistamientos de ICE en Elgin durante septiembre y docenas de arrestos. Los agentes federales han detenido a varios ciudadanos estadounidenses.
La protesta se realizó a unos pasos del centro comunitario donde la ciudad realiza ceremonias de bienvenida a nuevos ciudadanos.
Es por eso que Jackie Johnson asistió a su primera protesta. Es la coordinadora de alfabetización en el distrito escolar U-46 en Elgin.
"En verdad estoy viendo el impacto en nuestros estudiantes. Tienen miedo de venir a la escuela y de permanecer en comunidades cerradas", dijo Johnson. "Apoyo las clases de ESL (inglés como segundo idioma) y ver que tengan un lugar seguro en esos salones, sin saber qué va a pasar cuando salgan del salón", dijo Johnson.
También ha sido personal para Johnny Blas. Su familia es de Puerto Rico. Él es ciudadano estadounidense y su esposa es inmigrante.
"Tenía a un viejo amigo y se lo llevaron. Fue muy triste", dijo Blas. "Me quedé destrozado. O sea, me quedé sorprendido. Aquí en Elgin y South Elgin, ¿me entiendes?
También le preocupa Medicare y el Seguro Social, pero también quiere luchar por sus vecinos.
Juvenal Aguinaga dice que su primera protesta ha sido inspirante.
"Lo más bonito que veo es que hay personas de todas las razas, de todos los orígenes, de todas las edades que vienen a estas protestas y muestran su apoyo", dijo Aguinaga. "No es sólo porque estás apoyando a tu vecino, pero estás apoyando una creencia".
Trevor Steinkellner es un estudiante de secundaria local. Estaba feliz de ver que la protesta era pacífica. Había muchos carteles, cantos y personas en ropa colorida. La gente ondeaba banderas estadounidenses y mexicanas.
"No he visto a a nadie derribar a nadie. Ha sido una experiencia de grupo para sacar adelante a toda la comunidad", dijo.
Para Destiny, su primera protesta fue poderosa, sobre todo estando al lado de su abuela. Destiny es una ciudanana estaounidense, pero no quiso compartir su apellido debido al temor a ser objetivo de las medidas migratorias del gobierno federal. Pero ese temor en parte es la razón por la cual ella está aquí.
"Me entristece pensar que llegamos a este punto donde ICE literalmente se lleva a personas ilegalmente, y esto me afecta porque mi abuela es de México", dijo Destiny. "Ella fue traída aquí. Ella no eligió estar aquí, y si no fuera por ella, ninguno de mi familia estaría aquí".
Pueda ser que sea su primera protesta, pero no será la última para Destiny.
"Si nos quedamos en silencio ahora, tengo miedo de lo que sucederá. No ha pasado ni un año. Llevamos apenas unos meses en la presidencia y esto es lo que ha sucedido. Quiero decir que da miedo", dijo Destiny.
Este pasado fin de semana hubo alrededor de 2.500 protestas "No Kings" en todo el país, desde grandes ciudades como Chicago hasta pequeños pueblos como Princeton.
Traducido por Carlos Loera