Confieso que he pecado contra ti por lo que he hecho...y por lo que dejé sin hacer. Estas son palabras que se pronuncian todos los domingos. Tengo una buena idea de las cosas que hice, pero de las cosas que faltan por hacer. No tanto.
Las cosas sin hacer pasan por nuestras mentes. Son formas en las que podríamos ayudar. Pero la resistencia a hacerlas se presenta en la forma de pensamiento, del tipo "No tengo tiempo. No quiero entrometerme. ¿Qué pensarán? No me lo puedo permitir. Solo puedo enviar un mensaje de texto ". Luego se desvanecen. Ni siquiera sabemos confesarlas.
No que quiera presumir mis buenas obras, pero esta semana, Bruce y yo peleamos contra esta resistencia y pasamos por el hospital a visitar a una amistad, cuyo esposo estaba en la UCI, donde no se permiten visitas. Cuando entramos, su hija nos dio las gracias porque no podía soportar ver a su padre tan enfermo. Es un regalo para nosotros ser una presencia curativa, estar donde Dios quisiera que estuviéramos que estuviéramos, en un lugar sagrado.
¿Qué hubiera pasado si hubiera cedido a mis dudas sobre entrometerme? Nadie lo habría sabido, pero se hubiera formado un hueco, como en un río seco que alguna vez tuvo agua corriente.
El otro día llegamos a nuestra casa y vimos un frasco con flores frescas en nuestro porche. Un vecino que no conocemos muy bien, nos lo había dejado, con la esperanza de que nos alegraran el día. Han alegrado nuestras semanas.
Soy Katie Andraski y esa es mi perspectiva.
Traducido por Yaritza Salgado.