"Jugar a este deporte es un privilegio; no lo des por sentado". Shane Buckley se lo ha repetido a sus jugadores innumerables veces como entrenador de hockey universitario. Lo escuchó cuando él jugaba. Nunca sabes cuándo te atarás los patines por última vez.
"Febrero de 2025", dijo Buckley, "recibí un correo electrónico un miércoles que básicamente decía, 'La escuela se cerrará'. De hecho, ese fin de semana se jugaban los playoffs de hockey, así que nuestra temporada aún no había terminado".
Buckley fue el entrenador principal del equipo masculino de hockey sobre hielo del Northland College, un pequeña universidad de la División 3 en el norte de Wisconsin cerca del Lago Superior, que también fue su alma máter.
La noticia del cierre repentino de Northland fue impactante. Fue mucho para procesar, pero lo primero que pensó Buckley fue en el equipo.
"Estos 27 chicos, ¿dónde van a jugar el próximo año?" dijo Buckley.
En seguida reunió al equipo lo más pronto posible. Se enteraron de la noticia al mismo tiempo que Buckley. Aunque estaban en plena preparación para los playoffs, les dio a elegir: ¿quieren irse a casa, o quieren salir a la pista de hielo?
"El hockey es como nuestra vía de escape", dijo el defensa Sam Holy. "Todos los problemas desaparecen una vez que estás sobre el hielo. Creo que eso es lo que todos queríamos hacer, olvidarnos de todo y simplemente hacer lo que más nos gusta.
El equipo femenino de Northland también se estaba preparando para un partido de playoffs. La delantera Kennedy Gruhlke dice que el cierre fue difícil de creer, pero sabían que la universidad estaba pasando por dificultades. Northland estuvo a punto de cerrar el año pasado y recaudó más de un millón de dólares para mantener las puertas abiertas. Pero Gruhlke dice que les prometieron que tendrían más tiempo.
"Todos los estudiantes de primer año que ingresaron el año pasado asumieron que podrían graduarse", dijo la delantera. "Al año siguiente, a los nuevos reclutas se les dijo que también podrían graduarse".
Esa semana fue un torbellino. La compañera de equipo de Gruhlke, Rachel Fussy, dice que unió a la comunidad. Pero ponerse la camiseta de Northland por última vez fue muy difícil, en particular sabiendo que sería la última vez que alguien se pondría esa camiseta.
"Dejamos atras a todas nuestras mejores amistades y fue muy emotivo", dijo Fussy. "Para mí, fue casi imposible concentrarme en el partido, porque estaba muy pendiente de lo que iba a pasar después de esto".
El mismo día que se enteró del cierre de la universidad, Shane Buckley recibió un correo electrónico de Beloit College. No tenían un programa de hockey pero estaban interesados en iniciar uno, con traer a los jugadores y entrenadores de Northland.
Buckley se le dijo a sus jugadores de último año, como Holy, pero no quiso crear demasiadas expectitivas en el equipo, por si la oportunidad no se concentraba.
"El año pasado, yo era el único capitán del equipo, y él dio esa confianza en mí" dijo Holy. "Así que, para demostrarle que confío en él, le dije: 'Oye, dondequiera que vayas, ahí es donde quiero estar'".
Poco después, Buckley y los otros entrenadores hicieron un viaje desde Ashland, en el extremo norte de Wisconsin, hasta la frontera sur para visitar Beloit.
Karen Schedin es la vicepresidenta de admisiones, marketing y atletismo de Beloit. Fue ella quien se puso en contacto con Buckley aquel primer día. Mientras la universidad intenta aumentar admisiones y la oferta deportiva aquí en Wisconsin, dice, el hockey sobre hielo parecía una opción obvia.
"Es triste ver cerrar otra institución", dijo Schedin. “En realidad, nuestro enfoque se centró en conseguir un nuevo hogar para los estudiantes.”
Resultó ser una buená opción. 37 estudiantes se trasladaron de Northland a Beloit; solo unos pocos no formaban parte del equipo de hockey. Son muchos, en particular considerando que la matrícula de Northland había bajado a tan solo unos 250 estudiantes cerca del final del año.
Schedin dice que intentaron hacer la inscripción fuera lo más sencilla posible, para que los jugadores no tuvieran miedo de que no les transfirieran los créditos.
“Adoptamos el enfoque de simplemente incorporarlos como estudiantes de Beloit, en lugar de meter a alguien a un proceso de admisión".
Eso alivió mucho la presión sobre el defensa veterano Trey Taylor. Es uno de los canadienses en el equipo. El trámite de obtener una visa complica todo, y no estaba seguro si podría permitirse pagar un año más si los créditos no se tramitaban correctamente.
"Sobre todo con el tipo de cambio [entre el dólar canadiense y el estadounidense]" dijo Taylor. "La situación no es muy favorable ahora mismo, así que encontrar una escuela que se ajustara a mi presupuesto fue la parte realmente difícil. El pánico se estaba apoderando de mí".
Holy dice que la transición para el equipo ha sido tranquila: en lo deportivo, lo social y lo académico. Según él, la disminución de la matrícula en Northland en los últimos años ha limitado algunas oportunidades académicas.
"Nuestro último año, la mayor parte de nuestras clases de negocios, si no todas, fueron en línea", dijo Holy. “Básicamente, teníamos que darnos clases nosotros mismos porque estaban en pleno proceso de contratación de nuevos profesores de negocios, pero, lamentablemente, no pudieron contratar a ninguno que se mudara y viviera allí”.
Dice que las instalaciones deportivas de Beloit son más nuevas y tienen más recursos de entrenamiento. También están jugando en el nuevo Woodman's Center en Janesville, lo que Holy espera que ayude con el reclutamiento.
Eso fue difícil en los últimos años en Northland, con la escuela al borde del cierre. El año pasado, el equipo femenino no pudo patinar con el equipo completo. Ahora, ambos equipos tienen su plantilla completa, incluyendo otros fichajes y nuevos jugadores de primer año.
Aproximadamente dos tercios del equipo masculino y un poco menos de la mitad del femenino son de Northland.
Buckley dice que Beloit se siente como su hogar ahora, y que volver al hielo ha sido un alivio después del estrés y la incertidumbre de estos últimos meses.
"Creo que esto ha generado una dinámica muy positiva en nuestro vestuario, donde casi nada se da por sentado", dijo Buckley, "porque ellos saben, basándose en nuestra situación de hace tan solo unos meses, que las cosas pueden cambiar muy rápidamente".
El equipo femenino jugó recientemente su primer partido, y la delantera Rachel Fussy dice que pudo sentir la energía.
"Nuestro último partido fue muy emotivo, pero este partido es, como, es casi como un momento de respiro y decir, 'Lo logramos," dijo Fussy. Estamos aquí. Esto es real, estamos viviendo una temporada juntas'. Es algo muy especial".
El Woodman’s Center se llenó de público para el partido inaugural de la temporada de hockey masculino de los Beloit Buccaneers.
Pero el hecho de que estén construyendo algo nuevo no significa que tengan que olvidar sus raíces en Northland. Los antiguos alumnos de Northland llevan pegatinas en sus cascos para conmemorar su antigua escuela. Buckley dice que icnluso las camisetas retiradas en Northland son homenajeadas en Beloit.
“Como exalumno, Northland y el hockey de Northland siempre fueron muy especiales para mí”, dijo Buckley. "Así que, poder regresar y ser el último entrenador en Northland y poder mantener vivas esas tradiciones de Northland aquí, sin duda ha significado mucho."
Los Bucs se encuentran abajo 1-0 pero, en el segundo período, Beloit anota el gol del empate. Es un partido muy disputado. Intercambian jugadas estratégicas. Ambos equipos se empujan sobre las tablas. Beloit termina perdiendo este partido con el resultado 4-2.
Pero estos equipos ya se han enfrentado a muchas adversidades antes. Saben que este deporte es un privilegio. Se levantarán del hielo y seguirán adelante.
Y esperan que su particular modelo de resiliencia siente las bases para el futuro del hockey de Beloit.
Traducido por Carlos Loera