Dice el dicho que "el dinero es la raíz de todos los males". No, es algo mucho más elemental e insidioso El machismo (el deseo de conformarse y exhibir una definición muy estrecha de masculinidad que es agresiva, intimidante, inflexible y dominante) es la raíz de todo mal.
También conocido como "masculinidad tóxica, el machismo es en esencia una afirmación de poder de suma cero donde los hombres compiten entre ellos mismos para superar al otro, "ejercer el dominio " sobre las mujeres y asemejar la feminidad con la fragilidad. Impulsada por la testosterona, petróleo, pólvora y calcomanías de Punisher en camionetas demasiado grandes, la demostración de masculinidad de un individuo suele ser a expensas de los demás.
Ahora bien, algunos afirman que desde una perspectiva evolucionaria, los machos están programados para mostrar masculinidad para atraer la atención femenina y bendecir el futuro con nuestros gloriosos genes. Sin embargo, entre los humanos, atraer mujeres a menudo no es el objetivo final de tal actuación, sino más bien un medio para lograr la aprobación y admiración de otros hombres.
Las guerras han sido iniciadas por líderes masculinos que compiten por el liderazgo con un lenguaje duro y posturas inflexibles. Un factor determinante en nuestras recientes elecciones fue el deseo de un hombre hipermasculino que intimidara al país hasta someterlo. Así que es muy irónico que el tipo elegido se queje y haga pucheros sin parar como un niño pequeño.
Otra ironía es que se utiliza un término de la jerga para uno de los músculos más fuertes y resistentes del cuerpo humano para ridiculizar a los hombres por su aparente debilidad. Pero, muchachos, nuestro equipamiento correspondiente es mucho más delicado y frágil, y tiene egos que lo acompañan.
Soy Taylor Atkins y esa es mi perspectiva.
Traducido por Carlos Loera