Para parafrasear a las películas de vaqueros, “Hay un nuevo sheriff en este pueblo, y su nombre es Donald Trump”.
Los líderes de Francia y Gran Bretaña complacieron al nuevo sheriff cuando visitaron la Casa Blanca. El congreso de seguridad de Múnich fue reprendido e insultado por el vicepresidente Vance. El nuevo Canciller federal de Alemania declaró que su primera prioridad sería su independencia del nuevo sheriff. El presidente ucraniano Zelensky tuvo la experiencia del nuevo régimen cuando fue acusado de instigar guerras por parte de Trump y Vance en el despacho oval. Los líderes rusos no pudieron contener su júbilo y hasta se describieron a sí mismos como haberse quedados “boquiabiertos”.
¿Qué propuso sheriff Trump? Aranceles y más aranceles. Cortes de presupuesto, si no eliminaciones completas, en la ayuda extranjera humanitaria. Una retirada parcial, si no una retirada completa, de la OTAN. El mantra es “América primero” (America First). En realidad, el lema expresa que los EE. UU. está solo y aislado. No es la primera vez que los estadounidenses se sienten tentados por la canción de sirena del aislacionismo.
Un comentarista atribuyó la visión de la política extranjera de Trump a un interés puramente egoísta, ni siquiera un interés con fines más altruistas. Tal punto de vista inexorablemente genera la aceptación de áreas de influencia como el orden natural. Rusia y China tienen las suyas. Nosotros las nuestras.
Debemos corregir nuestra observación inicial. No hay un nuevo sheriff en este pueblo. De hecho, ya no tenemos sheriff. No obstante, quedan muchos villanos.
Soy Bob Evans y esa es mi perspectiva.
Traducido por Alondra Gamez.