Autora: Azahalea Arce
Había despertado por la mañana y decidí ir al parque estatal de Starved Rock con dos amigas. Esto fue durante el verano y todas estábamos emocionadas. El camino era de una hora, yo manejaba mientras escuchábamos música con las ventanas bajadas.
Decidimos tomar el camino un poco tarde ya que, en nuestra mente sabíamos que el sol duraba más. Cuando llegamos había un señor que vendía helados, así que todas compramos uno. Mientras comíamos, caminábamos hacia el bosque. Al llegar, observamos todo a nuestro alrededor, había muchos árboles altos con un color verde vibrante, pero además de eso se escuchaba como los pájaros cantaban y al caminar había un aroma de tierra húmeda, con muchas rocas calizas.
Cuando empezamos a caminar, no teníamos ninguna idea de donde estábamos, además, nos sentíamos sórdidas en el sendero. Sin embargo, de repente todo cambio el día se nos estaba oscureciendo y nosotras estábamos en un camino del bosque que no conocíamos.
Un sentimiento de pánico nos entró cuando escuchamos un ruido muy fuerte. Así que caminamos de una manera furtiva tratando de no hacer ruido, pero cuando volteamos vimos un oso con cuello corto en la esquina del bosque. En ese momento empezamos a correr y a gritar, pero el oso corría más
Encontramos un zaguán donde nos metimos corriendo. Este zaguán nos llevó por un camino muy largo y cuando más profundo seguíamos, más brilloso se ponía el camino. De repente se escucha un sonido muy alterado que causa que abra mis ojos. En este momento me di cuenta de que ese zaguán era muy parecido al de mi cuarto. ¿Será que este camino refleja mi propia realidad? Tal vez este zaguán escondía secretos por aun revelar.